En un meteórico viaje, con coche prestado (in extremis) en su único día de descanso semanal, pasamos de estar en manos de nuestro instructor bajo el agua, a tener en nuestras manos a nuestro instructor surcando los cielos de El Yelmo en Jaen. Y aqui esta inmortalizado por Yolanda, listo para despegar con Vicente.
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